Castro y Chávez leen el diario 'Granma'.
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OPINIÓN / MARK TAPSON
Dictadores e islamistas, con el 'saboteador en jefe' Barack Obama
Obama ha alienado a los aliados de EEUU y apoyado a sus enemigos
Mark Tapson, 05 de noviembre de 2012 a las 18:58
Cuando Barack Obama tocó por primera vez la presidencia, sus partidarios estadounidenses estaban exultantes: ¡ahora el subnormal de Bush es historia y volveremos a caerle bien al mundo! Era como si volviéramos al instituto y los Estados Unidos fueran un perfil de Facebook, y nada fuera más importante que ser el que más "Me gusta" tiene.
Ahora que se aproxima el final de la legislatura Obama, está patentemente claro cuáles son los líderes del mundo a los que Obama "Les gusta" y la razón de que quieren que tenga una segunda legislatura.
Tras cuatro años de pedir perdón por la arrogancia norteamericana, haciendo reverencias o apoyando alternativamente a los fundamentalistas islámicos, insultar a nuestros aliados más íntimos y veteranos como Inglaterra o Israel y sacar del poder a otros aliados de una patada, Obama tiene realmente en el bolsillo a un sector muy concreto del mundo: el de las dictaduras más fanatizadas contra América del planeta.
Y Obama "Les gusta" porque ha menoscabado, por no decir arruinado, la economía y la fortaleza militar norteamericanas, y porque su objetivo se alinea con el de ellas: empujarnos a un mundo post-americano en el que dejamos de ser el principal actor de la escena internacional. En resumen, Obama ha alienado a nuestros aliados y ha apoyado a nuestros enemigos.
Ejemplo de manual: el dictador venezolano Hugo Chávez, que a finales de septiembre anunciaba públicamente su apoyo a la reelección de nuestro saboteador en jefe. "Si yo fuera americano, votaría a Obama", decía Chávez en una entrevista televisiva. Por supuesto que le gustaría,Chávez es un socialista sediento de poder. Desde luego no iba a dar su apoyo al capitalista Romney o a su compañero de lista inspirado por los escritos de la autora libertaria Ayn Rand Paul Ryan.
El maleante obsesionado con América y con el apoyo económico de Hezbolá también declaraba a Obama "buen tipo" y especulaba con acierto que haría Obama si fuera venezolano: "Me parece... que votaría Chávez".
Otro ejemplo: Mariela Castro, la hija oficial del dictador cubano Raúl Castro, el hermano pequeño del brutal Fidel, anunciaba en junio su apoyo a Obama durante una visita a Estados Unidos. "Estoy convencida de que Obama es un buen hombre... Como ciudadana del mundo, me gustaría que ganara", decía durante una entrevista con la periodista de CNN Christiane Amanpour.
No dio explicaciones de lo que significa ser ciudadana del mundo, pero suena a cliché estúpido típico de los partidarios de Obama. "Teniendo en cuenta las opciones, prefiero a Obama", porque puede ser partidario de levantar el embargo al opresor régimen castrista.
A ella le parecía que a Obama le habían puesto obstáculos en sus esfuerzos por implantar el cambio. "Quiere hacer mucho más de lo que le han dejado", decía. Ah, es que de eso no hay duda. Pero con una segunda legislatura, Obama desde luego va a pisar el acelerador a la hora de implantar su programa radical tan integralmente como sea posible.
"Estoy convencida de que Obama necesita otra oportunidad y que necesita más apoyo para avanzar con sus proyectos y sus ideas, que creo son sinceras", decía la Castro. En la práctica, sus proyectos y sus ideas proceden de una vida de adoctrinamiento con ideólogos radicales como Marx, Alinsky, Mahoma, Bill Ayers o el reverendo Wright,
Luego tenemos al ruso Vladimir Putin, que ha reventado la mayor parte de los comicios de su país, ha monopolizado los principales medios de comunicación y ha destruido el sistema político de partidos. El dictador le ha tendido su apoyo, señalando que Obama es "una persona genuina" que "desea realmente cambiar a mejor".
Entrevistado en la cadena estatal rusa RT, decía que una segunda legislatura de Obama puede ayudar a solucionar los desacuerdos en torno a la defensa balística, mientras que Mitt Romney manifiesta que Rusia es "el principal rival geopolítico" de América. Putin decía que esa clase de discurso es simplemente retórica electoral "equivocada".
Advertía que una victoria Romney puede complicar los esfuerzos de solucionar la oposición rusa a un escudo de defensa balística. "Nuestros socios norteamericanos nos dicen: ‘No apunta hacia vosotros'. Pero ¿y si el presidente de los Estados Unidos resulta ser el señor Romney, que nos considera su principal enemigo?"
Sólo unos meses antes Obama había sido sorprendido asegurando al predecesor de Putin, Dmitry Medvedev, que tendría "más flexibilidad" a la hora de abordar cuestiones tan delicadas una vez ganadas las elecciones. "Trasladaré esta información a Vladimir", decía el número dos de Putin.
Luego, por supuesto, están las Naciones Unidas. Su delegado especial de Contraterrorismo y Derechos Humanos, Ben Emmerson, ha advertido a los americanos para no elegir presidente a Mitt Romney; hacerlo sería "una licencia democrática a la tortura", porque Romney se ha negado a descartar el uso de la asfixia simulada como técnica de interrogatorio avanzado con los detenidos por terrorismo, práctica a la que Obama puso fin (pero que no le impide reclamar los méritos de la técnica con Bush a la hora de sacar la información que finalmente dio a Obama su único logro en política exterior: la eliminación de Osama bin Laden).
"La reintroducción de la tortura con una administración Romney eleva significativamente los niveles de amenaza a los estadounidenses dentro y fuera del país", decía Emmerson. "Una política así, de llegar a adoptarse, expondría al pueblo estadounidense a riesgos a los que actualmente la administración Obama no les expone". Así que las Naciones Unidas apoyan a Obama porque Romney es menos dado a apaciguar a los matones internacionales. Qué misterio que la organización lleve décadas sin ser eficaz.
Aunque los Hermanos Musulmanes no han difundido un comunicado oficial de apoyo a alguno de los candidatos, Obama ha dejado claro como el cristal su apoyo al islam y a la los Hermanos desde el primer día de su presidencia, de manera que es difícil imaginar que el apoyo no sea devuelto.
Como señala mi colega cineasta Robert Avrech en su blog Seraphic Secret, el demente iraní Mahmoud Ahmadinejad también ha reflexionado en torno a las elecciones, difundiendo la advertencia de que Romney puede robar los comicios utilizando ordenadores electorales "que inventan los resultados".
Ahmadinejad también dice que los sondeos que dan la victoria a Romney y hasta los que le sitúan en empate técnico con Obama son fraudulentos, y predice que los estadounidenses negros saldrán a la calle si Obama pierde.
Que algunos de los peores dictadores del mundo respalden abiertamente tu campaña debería ser motivo claro de alarma para los votantes estadounidenses con tus políticas y tu imagen. Con amigos así, a América no le hacen falta enemigos. En la propia Casa Blanca al menos.
Mark Tapson es columnista de Townhall y guionista de la popular serie El camino al 11 de Septiembre. Entre sus películas se cuentra La lapidación de 'Soraya M'.
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