Jesús Petit da Costa |
El bipartidismo AD- Copei estaba agotado en 1998 cuando se produjo su derrumbe por la conjunción de la gravísima crisis económico-social-moral y el desprestigio de los partidos. En 2015 bipartidismo Psuv-MUD está agotado por la conjunción de la pavorosa crisis económico-social-moral y el desprestigio de los partidos, por lo cual la tiranía comunista, servil a Cuba, está en vísperas del derrumbe.
En 1998 surgió un líder antisistema, que captó a los millones de descontentos con el bipartidismo transformándolos en resentidos sociales. Los partidos del sistema (AD-Copei) intentaron evitar su ascenso al poder con toda clase de maniobras: elecciones parlamentarias que precedieran a la presidencial, por si acaso el cambio de gobierno, y candidato presidencial único escogido fuera de sus filas. Fue inútil, porque en tiempo de crisis terminal no hay modo de salvar a un sistema político-económico.
En 2015 no ha surgido todavía el líder antisistema, pero previendo que aparecerá por ley inexorable de la política (ningún vacío de liderazgo perdura, alguien lo llena), los partidos del sistema (Psuv-MUD) maniobran conjuntamente para evitar que el tinglado se les venga abajo. Pero tienen una fecha fatal por delante, que puede precipitar el derrumbe. Es el 6D en el cual se presentarán estos escenarios:
1.- Gana el Psuv
Nadie podrá convencer a la inmensa mayoría de que no hubo un mega-fraude, en mayor escala que todos los anteriores. Sería el “papá” de los fraudes. Si todas las encuestas dicen que MUD + disidentes ganarán con no menos del 25% de ventaja, es imposible que gane el Psuv. Proclamar la victoria del Psuv sería una provocación inaceptable que tendría su respuesta en la calle. La indignación se dirigirá también contra la MUD si acepta el fraude, con pretextos inadmisibles: tenemos cinco diputados más que antes, ahora vamos al revocatorio y después a la presidencial. Cuando un sistema político-económico está agotado no valen excusas para el continuismo. Sólo cabe la ruptura.
2.- Gana la MUD
Es la maniobra que se intenta para encubrir el continuismo: la MUD en la Asamblea con mayoría absoluta (mitad más uno) y Maduro en la presidencia. Los que la promueven la consideran ideal, porque además eliminaría a Cabello, el Eustoquio Gómez de esta época. Olvidan que cuando un sistema está en crisis terminal no valen sucedáneos a la presidencia. Mientras no se cambie el presidente, no ha cambiado nada, porque la clave del cambio está en la presidencia. El presidente personifica el sistema. Los que van a votar no lo harán por los candidatos a diputados, cuyos nombres tal vez no conocen. Ellos van a votar contra Maduro, para que se vaya. Y nadie los va a convencer de que habiendo ganado siga Maduro. A ellos les han prometido el cambio, que únicamente lo habrá si Maduro se va. Y no aceptarán engaño, porque el engaño lo cobrará entonces un líder emergente que hará efectiva la victoria con el pueblo en la calle exigiendo la salida de Maduro.
Estamos ante una crisis terminal de la tiranía comunista, servil a Cuba, cuyo desenlace se ha postergado hasta el 6D pero no más allá. Hasta esta fecha vale el cuento de la salida electoral. Y hasta esta fecha dura el continuismo, yéndose juntos los partidos del sistema (como en 1998) si siguen abrazados por el pacto infame que han celebrado para que Maduro se quede hasta 2019.
3.- Suspender las parlamentarias
Ojalá lo hagan, porque entonces, perdida la ilusión de cambio creada con motivo de las elecciones, la tiranía comunista, servil a Cuba, quedaría sin base de sustentación. Con cualquier empujón caería. No habría motivo para esperar.
Conclusión: si no se va Maduro, se gangrenan las piernas que sostienen a la tiranía (el bipartidismo Psuv-MUD) y entonces habrá que amputar.
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"El único tirano que acepto en este mundo es mi propia voz interior." M.Gandhi