El ausente
Todo comenzó con un silencio prolongado, procurando un poco de paz al espíritu de los venezolanos, abrumados bajo el constante mensaje agresivo transmitido por los medios televisivos.
No faltó quien recordara al poeta Pablo Neruda: “Me gustas cuando callas porque estas como ausente…”.
El silencio se prolongó, interrumpido apenas por un regreso clandestino, el tiempo necesario para ungir el heredero programado por los hermanos Castro.
Todo se realizó para facilitar la ausencia, con permisos concedidos por la Asamblea Nacional sin que se respetara la normativa pautada por la Constitución.
A partir de ese momento el país pasó a ser gobernado por un presidente fuera del territorio nacional, mudo y sin presencia alguna.
La ausencia fue utilizada para tomar decisiones: prolongar un gabinete del gobierno anterior, designar un vicepresidente, devaluar la moneda, la mayoría de las decisiones sin soporte jurídico y sin que se hubiera juramentado el desaparecido.
Contaron con la complicidad de diferentes organismos del estado, la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, las Fuerzas Armadas Nacionales, todas colocadas al servicio de un proyecto político y no al servicio de la Nación entera.
Nos tuvieron entretenidos, que si mejoraba, que si se le dificultaba respirar, que si apretaba la mano muy fuerte, que si se reunía durante cinco horas, que si preguntaba por la situación, pero que no podía hablar. Lo cierto es que ni sus amigos lo vieron, el enviado de Brasil, Cristina la Argentina, Evo de Bolivia, nadie.
Lo cierto es que el Cicerón del caribe; el hombre de la incontinencia verbal no volvió a decir “esta boca es mía”.
Se detuvo el monologo infinito, los chistes televisados y las rancheras, pero también los insultos, las expropiaciones, las amenazas, las condenas y los despidos masivos televisados. De pronto Venezuela parecía .otro país
El ciudadano común estaba cansado de tantas historias sin resultado concreto, de la descalificación constante contra el que no estuviera de acuerdo. Con tanto odio sembrado en la mente del pueblo, a través de los medios y con el objetivo de mantenernos divididos.
El ciudadano común estaba cansado de tantas historias sin resultado concreto, de la descalificación constante contra el que no estuviera de acuerdo. Con tanto odio sembrado en la mente del pueblo, a través de los medios y con el objetivo de mantenernos divididos.
Vivíamos permanentemente en campaña, todas sus intervenciones estaban dirigidas a mantenernos dentro de un proceso electoral, quizás por ello solo hubo promesas y no realidades.
El gobierno vivió de un discurso, que al final dejó una sensación de vacío. Por eso ya nadie cree en cuentos. La gente se hace muchas preguntas: ¿Cómo es que no hubo “tan siquiera” una imagen o una grabación, o por lo menos una llamada de teléfono?, ¿Porque regresó de contrabando?, ¿Por qué se publicó un montaje con fotos viejas?, ¿Por qué se lanzó de candidato si ya no podía?, de hecho ni siquiera pudo juramentarse.
Todo parece indicar que mintieron, que necesitaban tiempo para promover al sucesor que parecía poco inteligente hasta que abrió la boca, en ese momento lo comprobamos. Peor aún se vislumbró con claridad que obedecía a intereses no venezolanos.
El “Presidente Transitorio” ha tratado de ocultar su incapacidad para gobernar, se ha lanzado en campaña electoral repitiendo las mismas promesas de hace 14 años. Insistiendo en viejas historias de atentados, sabotajes y el pueblo sonríe, parecen en clase de kínder, repiten que viene el lobo feroz. Como crecimos, dejaron de gustarnos las historias de brujos, duendes y lechuzas.
El hombre sienta como en un recreo a sus partidarios para “cantarles o contarles” que el Pájaro Chogui se cayó de un árbol, poco faltó que pidiera que recordaran a Zavarce y cantaran a capela el pegajoso estribillo, la cara de los presentes lo observaban con condescendencia, saben que es lo máximo que puede dar.
Utilizan la sombra del ausente para ocultar la mano de Fidel, sin importarles lo que se llama verdadero respeto, así que los que callan frente a eso, no vengan a reclamar después lo que no supieron o quisieron proteger.
Venezuela no puede someter su futuro a los intereses encontrados y a las cuotas de poder que hay que satisfacer, para mantener la frágil convivencia entre marxistas y militares totalitarios.
La revolución Chavista se cae por su propio peso, por no tener un proyecto de país, por no procurar desarrollo, por manejar el estado como una bodega que vende todo a crédito. Por no producir para el futuro.
Se cae por que fue una falsa revolución, porque fue construida alrededor de un ego autoritario, un sistema militarizado que pretendió manejarnos como un rebano. Porque 14 años y el presupuesto más grande de toda la historia de Venezuela no sentaron bases para su viabilidad arruinando el país, para remate les sobrevino la ausencia definitiva.
Cualquier persona que maneja un pequeño presupuesto en su hogar, sabe que no se puede gastar más de lo que entra y menos en regalos para otros.
Ahora nos toca “arremangarnos” el pantalón y apretarnos la cintura. El país no resiste más, debemos recuperar el camino de la legalidad, el control de los poderes, detener el despilfarro, los regalos y las amenazas.
Ahora nos toca “arremangarnos” el pantalón y apretarnos la cintura. El país no resiste más, debemos recuperar el camino de la legalidad, el control de los poderes, detener el despilfarro, los regalos y las amenazas.
Necesitamos recuperar la profesionalidad en el manejo de la cosa pública, debemos asegurar los beneficios sociales con leyes que las protejan y le garanticen los recursos, debemos producir para mantener los beneficios, sino la bancarrota no llevará a perder todo.
Necesitamos que vuelva la cordura, detener la locura desatada y la arbitrariedad. La seguridad jurídica es la base para vivir en paz y en democracia.
El pueblo observa el cinismo, la burla y el abuso del poder y es sabio, sabe que “el que siembra vientos recoge tempestades”.
El venezolano presiente lo que nos viene encima, está convencido que debemos pasar la página, acabar con el odio, recuperar la armonía, trabajar de nuevo juntos para salir adelante.
Se acabó la contadera de cuentos, debemos salir de la crisis social que nos sacude, recuperar el control de la República y nuestra Soberanía.
Tenemos la oportunidad de hacerlo con los votos, la vía pacifica si se respeta la voluntad popular. Exijamos ese derecho a sabiendas que cada uno de nosotros es actor y ejecutor del cambio.
El hombre se fue en silencio, ausente, como ya estaba no podía ser diferente, ahora nos toca a nosotros hablar.
Ex Cónsul de Venezuela en Paris
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
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